EL FINAL DE LA ACTIVIDAD
Con “el final de la actividad” hoy quiero hablaros del cierre de mi consulta o Centro de Medicina Deportiva Senkirol.
He tenido tiempo de almacenar muchos recuerdos durante estos 37 años de trabajo por cuenta propia. He disfrutado de tres localizaciones: calle Euskalduna, calle Licenciado Poza y calle Colon de Larreategi.
Las dos mudanzas fueron duras pero ya están olvidadas. Ahora nos toca el final de la actividad, lo cual no es siempre fácil.
Ha habido que decidir el año -2023-, la razón –la edad-, el mes –diciembre-, y el lugar al que llevar todo –el trastero-.
Se acumulan principalmente papeles y libros, pero en mi caso también hay unos 200 trofeos, máquinas de aire acondicionado, de ciclismo y de atletismo.
He temido que desmontar seis estanterías, tres armarios y varios expositores. Todo este material ha sido llevado durante 21 días y unos quince viajes al trastero ya mencionado. Ha sido un trabajo físico hercúleo. Lo he realizado solo y únicamente al final, con la ayuda de mi hijo.
Se ha desmantelado en 21 días 37 años de trabajo: ahí estaban las angustias por las épocas con falta de trabajo como las fatigas por el exceso del mismo; las emociones de los deportistas que triunfaban como las tristezas de los que no resultaban aptos para los esfuerzos que se habían autoimpuesto, los que no estaban preparados pero que ya tenían el viaje cogido, el hotel concertado y el dorsal pagado. No fue siempre fácil convencerles de que renunciar a sus objetivos no era sino la mejor de las opciones vitales.
Todo queda desmantelado pero no olvidado. Más de 5.000 deportistas y 21.000 pruebas de esfuerzo en casi 40 años. Más de 42.000 consultas, charlas con padres, hermanos, madres y demás…, todo desmontado, que no olvidado. Atrás quedan los viajes por todo el mundo con la selección Nacional de Ciclismo en Pista, los congresos nacionales e internacionales, las ponencias, etc…
Queda en la red la posibilidad de comprar mi método de entrenamiento en ciclismo en cuatro libros no excesivamente complejos y a un precio bajo. No busco beneficios económicos, busco sensatez en el entreno y éxitos deportivos a quien lo merezca. Es cierto que no está garantizado el éxito en el deporte pero sí se debe garantizar la salud. Yo garantizo la salud con mi “Sistema Senkirol”, esa es la clave, ir creciendo y subiendo escalones si lo mereces, si has trabajado bien la etapa anterior, sin atajos, sin prisas, creando una buena base, un deportista sano y competitivo.
Al final tuve que pedir ayuda a un hijo mío para meter una armario y un receptáculo con las txapelas logradas en campeonatos de España para Médicos, campeonatos de Bizkaia y de Euskadi. Ya estaba todo en el coche y me dispuse a buscar un punto limpio para dejar el armario. Fui a uno, a otro, hasta que en Kobetamendi encontré el que me correspondía, me puse a hacer cola y me aburrí. Era insoportable ver cómo las ocho furgonetas completamente cargadas de madera pasaban al interior y se quedaban horas haciendo el inventario de lo que llevaban. Me fui a casa con todo. Ese armario me ha acompañado durante los 37 años de trabajo, ahora le he encontrado un nuevo uso y seguirá a mi lado al menos 7 años más en mi nueva aventura. No es un trabajo relacionado con la Medicina Deportiva aunque seguiré asesorando vía internet a deportistas. El nuevo trabajo es mucho más social y comprometido, pero me permitirá compaginarlo con mi nueva actividad de escritor. Sí, ahora y hasta el final de mi vida me voy a dedicar a publicar o auto editar –a mí no se me caen los anillos-, toda la obra de mi bisabuelo Carlos Arniches –escritor y dramaturgo de la generación del 98- y su pensamiento. Buscaré respuestas a las preguntas de nuestra sociedad actual en sus escritos. La lectura de la obra de un intelectual comprometido con su tiempo, de un periodista del teatro, es un ejercicio que me apasiona y que me obligará a estar en forma para soportar tanto trabajo.
SENKIROL 