OLITE: LA CARRERA DEL FRIO

 

 

 

 

 

 

 

Para los M40 (los que quisieron) M50 y M60 fue muy duro esperar en San Martin de Unx durante 40 minutos con 9 grados de temperatura y un viento helado que hacía que la sensación térmica fuera aún de manos grados.

Frío en la espera a que pasase la escapada con Iñaki Villoria, Ion Zeberio y compañía.

Frió en la bajada del puerto al unirnos al pelotón

Y frío en el final de la carrera a 7 grados de temperatura con algunas gotas de lluvia como regalo.

El exagerado viento no sirvió para romper el paquete en la bajada a Olite a pesar de darle con ganas: 14 km en 17 minutos a 50 km/h  con 12 cambios de ritmo buscando hacer abanicos que nos dejaran en un grupo cabecero más pequeño. Potencia Normalizada de 257 w arrancadas de 447w, 534w, 505w, 735w, 820w, 684w y 662w.

Llegamos así a la zona “caliente” de la carrera: PITILLAS. De nuevo el viento lateral. Nos colocamos en cabeza y buscamos de nuevo el esfuerzo continuado para romper el grupo: 7 minutos de esfuerzo a 352w de potencia Normalizada no son suficientes con 157/min   Registramos 8 cambios de ritmo 840w. Tras ese esfuerzo el pelotón se enfrenta al aire en contra. Así no hay quien consiga escaparse

Segunda Vuelta. Zona de Pitillas a  346w de Potencia Normalizada y 165/min, 5 min de esfuerzo intenso.

Tercera Vuelta. Zona de Pitillas a 350w de Potencia Normalizada y 170/min, 7 min con 7 cambios a 840 w. Se aprecia la fatiga con el incremento de un 8% de las pulsaciones para casi la misma potencia normalizada. Se trabaja en deriva cardiaca en la competición. Se debe trabajar en deriva cardiaca también en el entreno.

Todos los intentos que se hacían con el viento de cara eran abortados por el gran grupo debido a que los esfuerzos se debían hacer en Vatios Neuromusculares o maximales y después había que mantener la velocidad con suficientes metros de separación del grupo para que no existiera la más mínima tentación de ir a por los fugados.

Esa potencia maximal, esos vatios neuromusculares son los que se cogen con las competiciones, con los entrenos máximos, con el paso de los meses y de la temporada. Esos momentos están aún por llegar. Es cierto que en los puertos se emplean esas mismas armas, pero ahí juega la gravedad a favor de los menos pesados, y en el llano, su no existencia (la de la gravedad) juega a favor de los más pesados y que además habían perdido comba en la montaña.

Llegada a Meta y nos marcamos un kilómetro a 54 km/h con 455w y 162/min. Tomamos la curva con imposibilidad de acelerar por la cantidad de gente que tenemos delante. A 270 metros de la meta arrancamos a 541w y 47 km/h durante 11 segundos, se produce la caída de Luziano Mitxelena, frenamos a 18 km/h en 5 segundos y arrancamos los 100 metros finales a 574w durante otros 11 segundos. Una pena. Pero la polémica está servida de nuevo: METAS DIFERENCIADAS POR CATEGORIAS. Es algo lógico que en el esprint un joven que ha trabajado durante los 500 mts finales, deje de pedalear a 200 mts de meta. Es entonces cuando se ve rebasado por un M60 que busca su mejor clasificación posible. El sigue decelerando y los M50 y 60 siguen acelerando. Consecuencia: caída.

Al final, una Potencia Normalizada de 297w , 87 rpm de media con 148/min y una Albuminuria de 50. R1 de 50 pulsaciones indicaba que estábamos intactos y refrendados por un ligero aumento de 3 pulsaciones matinales al día siguiente.

~ por Joseba Barron Arniches en 23 marzo, 2014.