LA PRUEBA DE ESFUERZO
Lo primero que tenéis que mirar al haceros una prueba de esfuerzo es la máquina sobre la que la haréis.
No nos vale una Monark como la que tenía yo en la consulta cuando comencé hace 25 años y que presentaba un freno mecánico por medio de una cinta azul que debía calibrar el propio médico por un sistema de lastre pendular.
También hemos superado a los modelos Cardgirus con un volante de fricción en la rueda trasera con la que nos dan los vatos ejercidos pero sin poder pasar de 500 y sin poder calibrarla a diaario.
La máquina más fiable y avanzada es la SRM, también es la más cara pero su fiabilidad y su posibilidad de calibrado diario la convierten en la estrella del mercado. Además presenta los potenciómetros SRM de aplicación a las bicis de competición por lo que se podrá comparar lo obtenido con unos y con otros, y os lo puedo asegurar que van de cine.
Este es el resultado de la prueba de esfuerzo y lo que podemos obtener de ella.
Con el método de Conconi encontramos el Punto de Deflexión, y tras conocerlo podemos calcular las cifras de trabajo del deportista en sus diferentes fases.
Si buscamos trabajar a un 80% del umbral encontraremos que el pulso obtenido es de (168 x 80)/100 = 134/min
Ahora acudiremos a la gráfica y veremos que las 134/min se relacionan con 225 w, por lo que ya tenemos la información de trabajo que necesitábamos. En la parte inferior de este rango trabajaremos con 110/min y con 154 w.
Una vez conocido el rango de trabajo solo nos falta adecuar la cadencia a cada terreno, que puede oscilar entre 85 y 105 rpm, pero para poder con una buena cadencia debéis tener presente que la colocación de la posición sobre la bici es fundamental.
Así que visto como están las cosas, podemos concluir que tras la prueba de esfuerzo es necesario el estudio de la posición. Realizando ambas en el mismo centro Senkirol os aseguráis un fácil cumplimiento de los entrenos.
El dato de las pulsaciones en las que se encuentra el umbral se puede obtener por medio de la prueba de Conconi en Cicloergómetro. Nos da un dígito. Ese punto nos marca una zona crítica de entrenamiento. Nada más. No hay que relacionarlo con el Umbral de Lactatos, ni con el Umbral Ventilatorio ni con nada. Nos indica que la zona superior a esas pulsaciones es una zona donde la permanencia está limitada. Nada más. También nos habla de que la zona inferior a ese dígito es una zona en la que podremos permanecer «horas» siemrpe que cumplamos dos condiciones: 1- el suministro de energía; y 2- el acúmulo de entrenamiento previo.
Es un buen elemento de entreno pero tiene pegas.
Podemos hacernos una prueba de esfuerzo con una semana de diferencia y obtener dos dígitos distintos. Lo que está diciéndonos ese punto de Conconi en cada día es el momento en el que el estado fisiológico del entorno de las células cardiacas, comienza a variar, y lo hace de tal forma que su incremento en el número de latidos es sensiblemente inferior al incremento realizado con anterioridad. De ahí que la pendiente de la recta sea menor después de pasar ese punto.
Pero ese cambio fisiológico puede verse afectado por los entrenos realizados con anterioridad, por los descansos, por las horas de sueño, por el estrés acumulado, por el dolor muscular con el que nos presentemos a la prueba…
En fin, es un dato que se hace más valioso si lo cruzamos con los vatios y la cadencia a la que se ha producido.
Así que a partir de ahora realacionar siempre pulsaciones con vatios.
Lo que ocurre es que las pruebas de esfuerzo convencionales comenten un error acumulativo en el número de vatios asignado a cada grupo de pulsaciones, de forma que los entrenadores han desistido de tomar como referencia los vatios de la prueba con el pulso para poder planificar las cargas de entrenamiento.
Ese error acumulativo no se da en el test incremental de Conconi, y no se da porque es una prueba de Cadencia incremental, es decir, no se aplica más fuerza al ciclista en cada escalón, sino que a una fuerza dada de partida, se le pide un incremento leve y mantenido de la cadencia. Además no cuenta con escalones de tiempo fijo durante la misma, sino que los escalones son progresivamente a mayor cadencia y durante menor tiempo. Nada de esto se da en las pruebas convencionales. Sí se da en la Prueba de Conconi, y es lo que la hace diferente, hace que el ciclista tenga unas sensaciones «de competición pura» durante la realización de la misma. Está llevando al laboratorio lo que ocurre en la carretera. Con la interpretación de sus datos los sacaremos del laboratorio y los plasmaremos en la carretera, en las series, en las subidas, en los esprines…